Construyendo la Ciudad Región Sabana de Cundinamarca

¿Será necesaria primero la constitución de las Áreas Metropolitanas?

Por. Luis Alberto Vargas Ballén


La integración territorial de Bogotá y los Municipios de la Sabana de Cundinamarca en la denominada Región Capital está muerta.
A esa conclusión se llega luego de advertir que los intentos de integración están paralizados, los diálogos han fracasado, fueron extinguidos básicamente por las frecuentes amenazas del Alcalde Mayor de la Capital y por el Gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá hacia los Municipios de la Sabana.
Y van a ser enterrados por la dupla del Cambio Radical, conformada por el Gobernador de Cundinamarca y el Ministro de Vivienda y Desarrollo Territorial una vez demanden (si es que pasan del dicho al hecho) al burgomaestre capitalino, por sus intentos de abuso de poder con su política de la “gobernanza del agua”, su negativa a venderla en bloque, el aumento hasta del 90% del valor por metro cubico; sin mencionar su no rotundo a la construcción de la ALO.  Ese fue un entierro de quinta.
No obstante, el futuro de los habitantes del centro del país se ve amenazado por el abrupto crecimiento de la región, los graves problemas de movilidad, inseguridad, calidad de los servicios y la ausencia total de una política de ordenamiento territorial regional amplia e integral con visión de futuro, que nos garantice calidad de vida.
La importancia regional y el futuro de la sabana hacen inminente que deba pensarse YA en una forma de integración territorial. 
En este aspecto debo reconocer al Gobernador de Cundinamarca la iniciativa firmada por los Alcaldes de la Sabana de integrar en las modificaciones y ajustes de sus Planes de Ordenamiento Territorial un componente de movilidad regional.  Claro que anuncios sobre lo trabajado en esta materia así como los avances de los proyectos de dar continuidad (con recursos de regalías) a las Avenidas José Celestino Mutis y La Esperanza desde Bogotá hasta Funza y Madrid no se ven.
Desde esta columna hemos propuesto trabajar en la construcción de la Ciudad Región Sabana, que es una ciudad dispersa y es la cuarta en tamaño del país.  Pero llegar a esta figura conlleva un camino largo y tortuoso, lo cual merece abordar un primer posible paso.
La creación no de un Área Metropolitana –AM- con Bogotá, sino de por lo menos tres que concreten y logren planificar armónicamente el desarrollo de cada provincia.
La primera, es el ÁM en la que se encuentran trabajando los Alcaldes de Bogotá y Soacha, incluyendo a Sibaté.  Verdad es que lo más conveniente para el gran y populoso municipio de Soacha es poder resolver de manera conjunta con apoyo de la capital los graves problemas que le aquejan, comenzando por la movilidad que paraliza al país en la Autopista Sur, incluyendo la propuesta del Alcalde Nemocón de construir una nueva autopista sur en un segundo nivel sobre la existente.  Incluyendo los problemas de seguridad ciudadana, servicios públicos, vivienda digna, atención a población desplazada y falta de empleo.
Para el Municipio de Sibaté sería fabulosa la solución ambiental que comienza por el saneamiento definitivo del río Bogotá y luego cerrar la cloaca en que fue convertida la Represa del Muña por la Empresa de Energía de Bogotá hoy Codensa.
Las otras dos, serían el ÁM de Sabana Occidente, liderada por el Municipio núcleo de Mosquera (por ser el de mayor población), con sus vecinos de Bojacá, Madrid y Funza, para atender una población superior a los 270 mil habitantes.  Encargada de resolver los graves problemas de la conurbación como de la movilidad, la inseguridad, la prestación de los servicios públicos principalmente de suministro de agua potable y el tratamiento de las aguas residuales y de los residuos sólidos, la ocupación ordenada y uso del suelo, el desarrollo urbano habitacional y la generación de suelo para industrias y empresas que facilite la creación de millares de empleos.
La tercera sería el ÁM de Sabana Centro, con su Municipio núcleo Chía (por ser el de mayor población), integrada con sus vecinos Cota y Cajica.
En Cundinamarca otras posibles ÁM se podrían conformar en los siguientes municipios ya conurbados: 1) Zipaquirá y Cogua; 2) Tocancipá, Gachancipá y Sopó; 3) Fusagasugá y Silvania; 4) Girardot, Ricaurte y Flandes (TOLIMA); 5) Puerto Salgar y La Dorada (Caldas).
Algo bueno que tienen las ÁM que se proponen en Cundinamarca, es que sus Alcaldes hablan de igual a igual y tienen proyectos de desarrollo comunes, estas relaciones así equilibradas de poder, son la verdadera fortaleza de un instrumento de integración territorial que tiene una historia muy amplia y exitosa en el país.
Hoy existen en el país seis ÁM y parte del éxito de estas ciudades, se debe a la gestión de estas entidades, veamos: 1) ÁM del Valle de Aburra, que incluye a los Municipios de Medellín, Barbosa, Bello, Caldas, Copacabana, Girardota, Itagüí, La Estrella y Sabaneta; 2) ÁM de Barranquilla, que incluye a los Municipios de Soledad, Malambo, Puerto Colombia y Galapa; 3) ÁM de Bucaramanga, que incluye a los Municipios de Girón, Floridablanca y Piedecuesta; 4) ÁM de Cúcuta, que incluye a los Municipios de El Zulia, Los Patios, San Cayetano y Villa del Rosario; 5) ÁM de Pereira, que incluye a los Municipios de Dosquebradas y La Virginia. Y 6) ÁM del Cacique de Upar, que incluye a los Municipios de Valledupar, Manaure, Balcón del Cesar, La Paz, San Diego y Agustín Codazzi.
También debemos informar que existen grandes ciudades conurbadas en donde no existen las ÁM, como lo son: 1) Cali, Candelaria, Jamundí, Palmira y Jumbo en el Departamento del Valle del Cauca; 2) Manizales, Villa María, Palestina y Chinchiná en el Departamento de Caldas; 3) Armenia, Calarcá, Circasia, La Tebaida y Montenegro en el Departamento del Quindío; 4) Cartagena, Turbaco, Turbaná, Santa Rosa y Arjona en el Departamento de Bolívar; 5) Tunja, Motavita, Soracá, Oicatá, Chivata y Cómbita en el Departamento de Boyacá; 6) Paipa, Duitama, Villa de Leyva, Chiquiza y Sáchica en el Departamento de Boyacá.
Afortunada o desafortunadamente y para tranquilidad de todos, la creación de las Áreas Metropolitanas pasa primero por un proceso de consulta ciudadana y son sus habitantes en las urnas lo que aprueban o no su creación.  Así lo determina la Ley 128 de 1994 hoy vigente sin ninguna modificación.