¿Ciudad Región o Región Capital? La parábola de la integración territorial

Por. Luis Alberto Vargas Ballén*, Consultor y asesor en temas habitacionales y vivienda de interés prioritario y social. 



Nadie duda de la necesidad de integración territorial que acosa a los municipios de la sabana de Cundinamarca y los beneficios que ello le traería a la población cada vez más creciente que escoge habitar y trabajar en las ciudades al occidente del río Bogotá, buscando mayores comodidades, tranquilidad y prosperidad; lo hacen porque al oriente del río los agobia el caos, la inseguridad, la precariedad de los servicios sociales, la falta de vivienda digna y asequible y en los últimos años el desgobierno y la corrupción que afectan al Distrito Capital.

Mucho se habla de la Región Capital y de la necesidad de integración con Bogotá Distrito Capital, de las supuestas bondades que para los municipios al otro lado del río traería una unión de estas dimensiones, pero pocos se han atrevido a evaluar lo nefasto que sería para la sabana cundinamarquesa unirse en términos tan desiguales en términos de presupuesto público, población, actividades socioeconómicas y en especial de los problemas tan graves como los que afectan a la Capital y que no pueden dejarse replicar en los municipios de la sabana, en especial el desgobierno, la corrupción y la desidia oficial.  No podemos dejar que se repita en la sabana lo ocurrido en Bogotá luego de tantos años de equivocaciones.


Gráfico 1. Esta es la propuesta de Bogotá para ocupar el territorio de toda la región.

Integrarse bajo la figura de la Región Capital con Bogotá no es recomendable ni aceptable, sea cual fuere el alcalde mayor, los municipios estarían sometidos a la prepotencia demostrada por ex alcaldes como Enrique Peñalosa a quien le encantaría implementar una figura de adhesión de municipios como la instaurada en la dictadura de Rojas Pinilla; o como la corruptela de Samuel Moreno que saquería sin miramiento alguno, los precarios presupuestos municipales o feriaría los suelos; o entraríamos a desintegrarnos como sucede en los hoyos negros del espacio con la dubitativa, insegura, poco estudiada, improvisada y retrograda política que propone en su programa de gobierno el actual alcalde Gustavo Petro.  Oponerse a la construcción de la ALO es impactar gravemente la movilidad de toda la sabana.  

Estoy seguro que ningún alcalde de los municipios de la sabana -conociendo a algunos de ellos-, estaría dispuesto a dejarse manosear de un personaje que ni siquiera tiene claro que piensa hacer con los innumerables problemas que aquejan su propio territorio para venir a ordenar en otras ciudades, que hoy en día se demuestra por las cifras oficiales, se gobiernan mejor que muchas de las principales capitales del país.

Con sólo revisar los avances en la reducción de la pobreza encontramos que la gestión de ciudades como Chía, Facatativá, Funza, Mosquera y Madrid superan ampliamente en términos de NBI a todas las capitales de departamento del país, y están muy cerca de Bogotá, pero no podemos olvidar que la capital tiene un presupuesto de $16 billones anuales comparado con los pírricos presupuestos de estas ciudades, lo que demuestra que aquí al occidente del río Bogotá se invierte mejor el dinero, se gobierna pensando en la prosperidad de la gente y se logran resultados excelentes.

Gráfico 2. Esta debería ser la propuesta de la Sabana para proteger su territorio y lograr el desarrollo equilibrado de la región.

Más bien podría pensarse en la construcción de una Ciudad Región que integre de igual a igual los veinte municipios de las provincias de sabana occidente y centro, sin Bogotá; que les permita a estos territorios construir un nuevo ordenamiento vial, compartir la prestación de servicios públicos, especializarse económicamente de cara a los retos de la globalización y generar riqueza procurando la prosperidad de todos sus habitantes pero en igualdad de condiciones, sin un alcalde mayor que imponga sus criterios sino bajo el cogobierno de alcaldes de municipios de categorías similares, con pobladores y presupuestos municipales muy equilibrados y en especial con culturas y aspiraciones sociales homogéneas; lo que permitiría una verdadera integración y articulación del territorio sin que unos se impongan sobre los otros.

Pensar en la Ciudad Región de la Sabana Cundinamarquesa sería el resultado de una amplia concertación política que necesita del acompañamiento del Gobierno Departamental que lo requiere para fortalecerse a sí mismo sin tener que depender de lo que digan en Bogotá para construir las obras que requiere el progreso de la región.  Sino que por el contrario generaría un nuevo polo de desarrollo que irrigue el crecimiento a las demás provincias del departamento.

La Ciudad Región debe proponerse como el instrumento para resolver los problemas de sus propios habitantes y no para resolverle los problemas a un Distrito Capital en franco deterioro que no supo aprovechar su territorio ni el territorio usurpado a los municipios adheridos por Rojas Pinilla y  que pretende que sean ahora los territorios al occidente del río Bogotá los que le resuelvan los múltiples problemas que lo aquejan.

Bogotá padece de los peores males y enfermedades, los cuales no se pueden resolver con la figura de la Región Capital sino con un compromiso ético serio y responsable de sus propios gobernantes y pobladores.

Entre tanto los municipios de la sabana de Cundinamarca deben procurar construir la Ciudad Región que les brinde progreso equilibrado y sostenido y les permita contener las amenazas del desorden del Distrito Capital, aprovechando para ello la formulación de los planes de desarrollo y la revisión de los planes de ordenamiento territorial.  En hora buena bajo el liderazgo del Gobernador Alvaro Cruz Vargas, los alcaldes de la sabana han suscrito un pacto que va orientado en esta dirección.

(*) El autor es actualmente Gerente de la firma Ebusiness Vivienda, comentarios: e-vivienda.blogspot.com