Nadie duda de la necesidad de integración
territorial que acosa a los municipios de la sabana de Cundinamarca y los
beneficios que ello le traería a la población cada vez más creciente que escoge
habitar y trabajar en las ciudades al occidente del río Bogotá, buscando mayores
comodidades, tranquilidad y prosperidad; lo hacen porque al oriente del río los
agobia el caos, la inseguridad, la precariedad de los servicios sociales, la
falta de vivienda digna y asequible y en los últimos años el desgobierno y la
corrupción que afectan al Distrito Capital.
Mucho se habla de la Región Capital y de la
necesidad de integración con Bogotá Distrito Capital, de las supuestas bondades
que para los municipios al otro lado del río traería una unión de estas
dimensiones, pero pocos se han atrevido a evaluar lo nefasto que sería para la
sabana cundinamarquesa unirse en términos tan desiguales en términos de
presupuesto público, población, actividades socioeconómicas y en especial de
los problemas tan graves como los que afectan a la Capital y que no pueden
dejarse replicar en los municipios de la sabana, en especial el desgobierno, la
corrupción y la desidia oficial. No
podemos dejar que se repita en la sabana lo ocurrido en Bogotá luego de tantos
años de equivocaciones.
Gráfico
1. Esta es la propuesta de Bogotá para ocupar el territorio de toda la región.
Integrarse bajo la figura de la Región
Capital con Bogotá no es recomendable ni aceptable, sea cual fuere el alcalde
mayor, los municipios estarían sometidos a la prepotencia demostrada por ex
alcaldes como Enrique Peñalosa a quien le encantaría implementar una figura de
adhesión de municipios como la instaurada en la dictadura de Rojas Pinilla; o
como la corruptela de Samuel Moreno que saquería sin miramiento alguno, los
precarios presupuestos municipales o feriaría los suelos; o entraríamos a
desintegrarnos como sucede en los hoyos negros del espacio con la dubitativa, insegura,
poco estudiada, improvisada y retrograda política que propone en su programa de
gobierno el actual alcalde Gustavo Petro. Oponerse a la construcción de la ALO es
impactar gravemente la movilidad de toda la sabana.
Estoy seguro que ningún alcalde de los
municipios de la sabana -conociendo a algunos de ellos-, estaría dispuesto a
dejarse manosear de un personaje que ni siquiera tiene claro que piensa hacer
con los innumerables problemas que aquejan su propio territorio para venir a
ordenar en otras ciudades, que hoy en día se demuestra por las cifras oficiales,
se gobiernan mejor que muchas de las principales capitales del país.
Con sólo revisar los avances en la reducción
de la pobreza encontramos que la gestión de ciudades como Chía, Facatativá,
Funza, Mosquera y Madrid superan ampliamente en términos de NBI a todas las
capitales de departamento del país, y están muy cerca de Bogotá, pero no
podemos olvidar que la capital tiene un presupuesto de $16 billones anuales
comparado con los pírricos presupuestos de estas ciudades, lo que demuestra que
aquí al occidente del río Bogotá se invierte mejor el dinero, se gobierna
pensando en la prosperidad de la gente y se logran resultados excelentes.
Gráfico
2. Esta debería ser la propuesta de la Sabana para proteger su territorio y
lograr el desarrollo equilibrado de la región.
Más bien podría pensarse en la construcción
de una Ciudad Región que integre de igual a igual los veinte municipios de las
provincias de sabana occidente y centro, sin Bogotá; que les permita a estos
territorios construir un nuevo ordenamiento vial, compartir la prestación de
servicios públicos, especializarse económicamente de cara a los retos de la
globalización y generar riqueza procurando la prosperidad de todos sus
habitantes pero en igualdad de condiciones, sin un alcalde mayor que imponga sus
criterios sino bajo el cogobierno de alcaldes de municipios de categorías
similares, con pobladores y presupuestos municipales muy equilibrados y en
especial con culturas y aspiraciones sociales homogéneas; lo que permitiría una
verdadera integración y articulación del territorio sin que unos se impongan
sobre los otros.
Pensar en la Ciudad Región de la Sabana
Cundinamarquesa sería el resultado de una amplia concertación política que necesita
del acompañamiento del Gobierno Departamental que lo requiere para fortalecerse
a sí mismo sin tener que depender de lo que digan en Bogotá para construir las
obras que requiere el progreso de la región.
Sino que por el contrario generaría un nuevo polo de desarrollo que
irrigue el crecimiento a las demás provincias del departamento.
La Ciudad Región debe proponerse como el
instrumento para resolver los problemas de sus propios habitantes y no para
resolverle los problemas a un Distrito Capital en franco deterioro que no supo
aprovechar su territorio ni el territorio usurpado a los municipios adheridos
por Rojas Pinilla y que pretende que
sean ahora los territorios al occidente del río Bogotá los que le resuelvan los
múltiples problemas que lo aquejan.
Bogotá padece de los peores males y
enfermedades, los cuales no se pueden resolver con la figura de la Región
Capital sino con un compromiso ético serio y responsable de sus propios
gobernantes y pobladores.
Entre tanto los municipios de la sabana de
Cundinamarca deben procurar construir la Ciudad Región que les brinde progreso
equilibrado y sostenido y les permita contener las amenazas del desorden del
Distrito Capital, aprovechando para ello la formulación de los planes de
desarrollo y la revisión de los planes de ordenamiento territorial. En hora buena bajo el liderazgo del
Gobernador Alvaro Cruz Vargas, los alcaldes de la sabana han suscrito un pacto
que va orientado en esta dirección.
(*) El autor es
actualmente Gerente de la firma Ebusiness Vivienda, comentarios:
e-vivienda.blogspot.com