La Gobernación de Cundinamarca debe jugar su papel protagónico!
Ya está claro que la integración territorial de Bogotá con los
Municipios de la Sabana de Cundinamarca en la denominada Región Capital no es
posible, salvo que llegasen a un acuerdo las ciudades de Bogotá y Soacha para
la creación de un Área Metropolitana entre ellos dos.
También está claro que el asunto de mayor impacto para el
futuro desarrollo de la Ciudad Región Sabana de Cundinamarca es la prestación
de los servicios públicos domiciliarios: el suministro de agua potable, de
energía eléctrica, de gas natural y la recolección y tratamiento de los
Residuos Sólidos Urbanos –RSU-.
De cómo se jueguen y apuesten sus cartas los mandatarios municipales
depende el éxito de unos y otros. Pero el
futuro de los habitantes del centro del país no puede depender de una apuesta
política, de comunicados de prensa y contestaciones también por prensa.
Los liderazgos se deben jugar su prestigio y la importancia de
sus argumentos en la mesa de diálogo, y esa mesa debe ser la Sala de Juntas del
despacho del Señor Gobernador de Cundinamarca y su papel debe ser el de
moderador, rector y garante, pero principalmente el de convocante.
Que importante sería para la Región que sus Alcaldes pudiesen
negociar y decidir sobre aspectos como la movilidad y la importancia de terminar
la construcción más temprano que tarde de la Avenida Longitudinal de Occidente,
y las conexiones de las Avenidas José Celestino Mutis y La Esperanza de Bogotá con
las Ciudades de Funza, Madrid y Facatativá, por solo mencionar este aspecto.
Pero no nos pueden venir a proponer negocios tan malos como
el de no seguir suministrando agua potable en bloque y a cambio de ello,
proponer la disposición final de más de siete mil toneladas de RSU en la sabana,
eso sería más o menos lo que los judíos hicieron con Jesus crucificado cuando
en vez de agua le dieron a beber vinagre.
Pero algo fundamental que deben hacer estos mandatarios
municipales, distritales y departamentales y que toda la ciudadanía debemos
exigirles es trabajar de forma mancomunada por la Seguridad.
En todas las consultas, encuestas y manifestaciones
ciudadanas, se refleja la impotencia contra la delincuencia, pese a los
esfuerzos de la Policía Nacional, es urgente que se trabaje en fortalecer la
institucionalidad y reinstaurar la seguridad democrática en nuestras ciudades.
Como siempre lo hacemos desde esta columna, proponemos la
creación de la Policía Metropolitana de la Sabana de Cundinamarca, la
organización de un Centro Unificado de Control de Seguridad que coordine todas
las cámaras de vigilancia instaladas en la sabana y los centros de mando en
cada Municipio; el fortalecimiento del Distrito Judicial y de las sedes
Seccionales de Fiscalía que demandan la construcción inmediata de un Palacio de
Justicia; la imperiosa necesidad de construir un Centro Penitenciario y
Carcelario de Media y Alta Seguridad en la Sabana y la dotación con modernas
herramientas tecnológicas y puestos de trabajo dignos y ergonómicos para los
funcionarios judiciales, de fiscalías y de policía.
No podemos seguir dependiendo de los servicios
administrativos de Bogotá, la institucionalidad del Estado debe llegar a la
Sabana de Cundinamarca, la cuarta ciudad (dispersa) más poblada del país.